Este año jubilar celebramos la Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND) con el lema propuesto por el Papa: “Misioneros de esperanza entre los pueblos”. En un mundo donde tantas personas viven sin rumbo, agobiadas por la guerra, la pobreza o la indiferencia, el Papa nos recuerda que todos los cristianos estamos llamados a ser portadores y constructores de esperanza, siguiendo las huellas de Cristo.

Jesús es el gran Misionero del Padre, el que “pasó haciendo el bien” (Hch 10,38) y devolvió la esperanza a los pobres, a los enfermos, a los que se sentían olvidados. En Él encontramos la fuente de la esperanza que no defrauda. Su misión continúa hoy en la Iglesia, llamada a reflejar su compasión y su cercanía a todos los pueblos.

El Santo Padre nos recuerda que no hay cristiano sin misión. Cada bautizado es enviado a irradiar la esperanza de Cristo en su familia, en el trabajo, en la comunidad. Aquí, en nuestra Parroquia de San Antonio, estamos llamados a ser misioneros de esperanza: acercándonos a quien sufre, acompañando a los mayores, escuchando con paciencia, tendiendo la mano a los que se sienten solos. Así hacemos presente el rostro misericordioso de Cristo entre nosotros.

El Papa agradece, de manera especial, a los misioneros y misioneras que han dejado su tierra para anunciar el Evangelio en lugares lejanos, muchas veces en condiciones difíciles. Ellos son testimonio vivo de que Dios sigue actuando en el mundo a través del amor generoso de sus hijos. Nos invita a sostener esta misión universal con la oración y la colaboración económica. Las colectas del sábado 18 y domingo 19 de octubre estarán destinadas íntegramente al DOMUND para apoyarlos. Cada aportación, por pequeña que parezca, ayuda a construir esperanza donde la vida es más frágil.

Que María, Madre de la esperanza, nos acompañe en este camino jubilar y nos enseñe a ser, como ella, discípulos misioneros del Evangelio. Que nuestra comunidad parroquial viva con alegría esta Jornada del DOMUND, sosteniendo con generosidad a quienes llevan la luz de Cristo a todos los pueblos.

El Domund (Domingo Mundial de las Misiones) es el día internacional, en el que toda la Iglesia reza por la causa misionera y organiza una colecta para sostenerla. El Domund recuerda la implicación de todos los cristianos en la misión de la Iglesia. En el año 2025, el lema de esta jornada es “Misioneros de esperanza entre los pueblos”.

Los territorios de misión son las zonas del mundo donde existen dificultades económicas y falta de medios materiales para la evangelización. Por ello, el Papa cuenta con Obras Misionales Pontificias para sostener la labor de la Iglesia a través de la colecta del Domund.

Todos los cristianos estamos llamados a participar activamente en la misión de la Iglesia. No es cosa sólo de los misioneros, sino que todos los bautizados debemos colaborar con la misión y participar en ella. Hay tres formas de unirse a la misión y de vivirla en primera persona: con el tiempo (voluntarios y misioneros), con la oración y con los donativos (apoyo económico).

Algunos cristianos sienten la llamada a entregar su vida fuera de su país de origen y a salir a la misión “ad gentes”. Por su parte, las Obras Misionales Pontificias tienen el deber de ofrecer apoyo material y espiritual a aquellos territorios donde la Iglesia se encuentra en fase de crecimiento.

Hay 10.629 misioneros españoles. De ellos, 7.180 están en activo y 3.449 en España, colaborando con la animación misionera o a la espera de nuevos destinos. Los misioneros españoles están en 135 países. El país con más misioneros españoles es Perú (637). Unas 387 instituciones envían misioneros a la misión, cada una con un carisma diferente pero en comunión con el Evangelio.

Lo recaudado en el Domund sostiene la presencia de la Iglesia en los 1.116 territorios de misión. Es una forma de ayudar a todas las diócesis misioneras.

La ayuda del Domund es el apoyo anual para que la Iglesia pueda anunciar el Evangelio en todo el mundo. La colecta realizada en el Domund es el pilar indispensable en el sostenimiento de los territorios de misión.

Se trata de un esfuerzo conjunto alrededor del mundo, en el que cada continente hace su aportación a un fondo universal de solidaridad.

La Iglesia española contribuyó en el año 2024 con 12.978.071,98 €.

Nuestra diócesis de Santiago de Compostela aportó 296.221,14 €.

Las parroquias y los colegios de la ciudad de A Coruña contribuyeron con 65.393,82 €.

Nuestra parroquia de San Antonio contribuyó con 2.400€.