El arzobispo, monseñor Barrio, recuerda en una Carta Pastoral que “formamos una gran familia, en la que la alegría de un miembro es la alegría de todos y los sufrimientos del otro son nuestros sufrimientos”

Un total de 20,8 millones de euros fue el presupuesto con el que contó en 2019  la Iglesia Diocesana de Santiago de Compostela, según los datos contenidos en la publicación “Nuestra Iglesia en Santiago de Compostela”, que se distribuye en todos los templos con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, jornada que se desarrolla este domingo día 8 de noviembre. El presupuesto fija en 8,2 millones de euros los ingresos por aportaciones de los fieles y en 6 millones por la asignación tributaria (marcar la X en la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta). En cuanto a los gastos, a actividades asistenciales y pastorales se dedicó un total de 5,1 millones de euros. Se incluyen en este apartado la acción pastoral, la catequesis, la liturgia, la actuación social y caritativa, las aportaciones para las misiones o para Manos Unidas, Cáritas o el Seminario, así como las Cocinas Económicas.

La retribución del clero y del personal seglar alcanzó una cifra de 5,1 millones. Se dedicaron además 5,8 millones de euros a conservación de edificios y gastos de funcionamiento. En los gastos extraordinarios destacan los 3,8 millones de euros para programas de rehabilitación. La necesidad de financiación fue de 774.494 euros.

En “Nuestra Iglesia en Santiago de Compostela”, se recuerda, además, que hay 501 sacerdotes, 1.071 parroquias, 19 seminaristas, 1.200 catequistas, 621 religiosos, 5 diáconos permanentes, 159 monjes de clausura, 14 monasterios y 136 misioneros. También se informa sobre la práctica sacramental: 5.972 bautizos, 6.522 primeras comuniones, 3.108 confirmaciones y 957 matrimonios. En el plano de la actividad caritativa y asistencial destacan, por ejemplo, las 16.547 personas atendidas en centros para mitigar la pobreza y los 4.747 atendidos en demanda de trabajo.

El Día de la Iglesia Diocesana es una jornada dedicada no sólo a permitir la contribución económica de los fieles con sus aportaciones en las colectas, sino la reflexión sobre la implicación de todos en el servicio que presta la Iglesia a la sociedad. En la actualidad la Iglesia sólo recibe para cumplir su misión lo que los fieles y las personas que desean apoyar le hacen llegar, bien directamente, a través de colectas periódicas, como la del Día de la Iglesia Diocesana, o bien por marcar la X en la Declaración de la Renta.

El apoyo de cada uno de los fieles a su Iglesia Diocesana puede concretarse en cuatro pilares:

– aportar y participar con las cualidades que cada uno tenga

– colaborar con su tiempo

– colaborar con su oración

– colaborar con su donativo.

“En este año tan complicado que todos estamos viviendo”, señala monseñor Barrio en una Carta Pastoral para esta jornada, “tiene especial importancia para nosotros la celebración del Día de la Iglesia Diocesana que, evidentemente, no podemos reducir a un día porque se trata más de una forma de vivir nuestro pertenecer a la Iglesia que la celebración de una jornada. Es una nueva ocasión para tomar conciencia de nuestra pertenencia a esta Diócesis compostelana, que vive en comunión con toda la Iglesia universal, y para darnos cuenta de que todos los cristianos formamos una gran familia, en la que la alegría de un miembro es la alegría de todos y los sufrimientos del otro son nuestros sufrimientos”.

El arzobispo de Santiago explica, además, que en este Día de la Iglesia Diocesana “se nos recuerda que somos una gran familia, la familia de los hijos de Dios, que está abierta a todos, especialmente a los más necesitados. Por eso, somos lo que tú nos ayudas a ser. Somos una gran familia contigo. Con tu tiempo, tus cualidades, tu apoyo económico y tu oración somos Iglesia”.