Rezamos para que nuestros gobernantes y políticos protejan siempre el don más precioso que tenemos sobre la tierra que es la vida humana en todas sus fases, cuya dignidad y valor deben ser reconocidos y escrupulosamente garantizados, y para que fomenten el cuidado de la naturaleza, don de Dios para el hombre.

Pedimos a Dios, Padre de todos los hombres, para que quienes rigen los destinos de nuestro pueblo sean artífices de la paz, la convivencia, la concordia y el progreso de todos los españoles así como de la acogida e integración de los que por diversas razones viven entre nosotros procedentes de otros pueblos en busca de una vida mejor y más segura.

Rogamos a Dios para que nuestros gobernantes y políticos garanticen y defiendan la libertad religiosa individual y de las Iglesias y confesiones religiosas, que permita a las personas poder ejercitar y vivir su fe en privado y en público sin coacción y menosprecio y a la Iglesia católica poder ejercer su misión de anunciar el Evangelio y servir a Dios dando a conocer a todos al Señor y Dios de la historia que da la salvación y la vida, que transforma los corazones haciendo mejores ciudadanos defensores y constructores de una humanidad más fraterna.

Elevamos nuestra plegaria a Dios para que nuestros gobernantes y políticos tengan un especial cuidado con los que sufren por cualquier circunstancia.

Reconocemos sinceramente el valor del trabajo y la dedicación de los políticos y de nuestros gobernantes, necesarios e imprescindibles para nuestra sociedad. Por ello suplicamos a Dios para que pongan todo su empeño en cuidar los destinos de las personas, de las familias, los grupos y toda la nación sobre los que están llamados a ejercer su autoridad al servicio de una sociedad verdaderamente democrática y libre.