7 frases del Papa Francisco dedicadas a los abuelos
Los abuelos, en la sociedad y en la familia, se encargan de transmitir sabiduría y sobre todo en transmitir la fe y esperanza a los hijos.
En muchas ocasiones el Papa Francisco nos ha hablado acerca de la importancia que juegan los abuelos en una sociedad y en el propio núcleo familiar: ellos transmiten sabiduría y sobre todo también están encargados de transmitir la fe a sus hijos, tal como lo fue en su caso con su abuelita Rosa, quien ocupó un lugar muy importante en su formación como persona y como religioso.
Celebremos entonces, el día de los abuelos con algunas frases de inspiración del Santo Padre que ha pronunciado en muchas de sus reflexiones:
7 frases del Santo Padre sobre la importancia de nuestros abuelos
1.- “El anciano no es un extraterrestre. El anciano somos nosotros: dentro de poco, dentro de mucho, inevitablemente, aunque no pensemos en ello. Y, si no aprendemos a tratar bien a los ancianos, así nos tratarán a nosotros” (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 04/03/2015).
2.- “¡Qué importantes son los abuelos en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad!” (Reflexión antes del rezo del Ángelus, JMJ Río 2013, 26/07/2013)
3.- “Los abuelos son la sabiduría de la familia, son la sabiduría de un pueblo. Y un pueblo que no escucha a los abuelos es un pueblo que muere”. (Encuentro Mundial de las Familias, Roma, 27/10/2013)
4.- “¡Es un gran don para la Iglesia, la oración de los abuelos y de los ancianos! La oración de los ancianos y abuelos es un don para la Iglesia, ¡es una riqueza! Una gran inyección de sabiduría también para la entera sociedad humana: sobre todo para aquella que está demasiado ocupada, demasiado absorbida, demasiado distraída” (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 11/03/2015)
5.- “Los abuelos, los abuelos tienen una capacidad para comprender las situaciones más difíciles: ¡una gran capacidad! Y cuando rezan por estas situaciones, su oración es más fuerte ¡es poderosa!” (Encuentro con los ancianos, Ciudad del Vaticano, 23/09/2014)
6.- “¡Qué bello es el aliento que el anciano logra transmitir al joven en busca del sentido de la fe y de la vida! Es verdaderamente la misión de los abuelos, la vocación de los ancianos. Las palabras de los abuelos tienen algo de especial para los jóvenes. Y ellos lo saben. Las palabras que mi abuela me dio por escrito el día de mi ordenación sacerdotal, las llevo todavía conmigo, siempre en el breviario, y las leo a menudo, y me hacen bien” (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 11/03/2015)
7.- “Los ancianos son una riqueza, no se pueden ignorar, porque esta civilización seguirá adelante sólo si sabe respetar su sensatez y su sabiduría” (Catequesis audiencia general, Ciudad del Vaticano, 04/03/2015)
El llamado de reflexión del Santo Padre
Y más que una frase, lo siguiente es un llamado de atención a todos nosotros, a la sociedad entera que a veces nos olvidamos del tesoro que existe en cada uno de estos abuelos y abuelas, sobre todo aquellos que viven en hogares de retiros y de cuidados.
“¡Es feo ver a los ancianos descartados, es una cosa fea, es pecado! ¡No nos atrevemos a decirlo abiertamente, pero se hace! Hay algo vil en este acostumbrarse a la cultura del descarte. Pero nosotros estamos acostumbrados a descartar a la gente”
El cuidado de los ancianos
“Los que cuidan a los mayores con amor, colaboran al bien de la sociedad” (Papa Francisco)
No podemos pasar por alto en felicitar a todas las personas que realizan una honorable labor en dedicarse al cuidado de los ancianos en todos los ambientes, sea en sus hogares, casas de retiros u hospitales. Un aplauso a todos ellos, por dedicarse a este servicio de amor, con entrega y dedicación como lo es el atender a los abuelitos, a quererlos y apoyarlos en su vejez, ya que, como dice un viejo dicho: “para allá vamos todos”.
“Hijo mío, socorre a tu padre en su vejez y no le causes tristeza mientras viva. Aunque pierda su lucidez, sé indulgente con él; no lo desprecies, tú que estás en pleno vigor. La ayuda prestada a un padre no caerá en el olvido y te servirá de reparación por tus pecados” (Eclesiástico 3,12-14)