La Iglesia Diocesana dedicó en 2020 un total de 3,6 millones de euros a actividades asistenciales y pastorales
Un total de 18,7 millones de euros fue el presupuesto ejecutado en 2020 por la Iglesia Diocesana de Santiago de Compostela, según los datos contenidos en la publicación “Nuestra Iglesia en Santiago de Compostela”, que se distribuye en todos los templos con motivo del Día de la Iglesia Diocesana, jornada que se desarrolla este domingo día 7 de noviembre. En un año marcado por la pandemia del Covid-19, los ingresos por aportaciones de los fieles fueron 5,9 millones de euros y 6,2 millones por la asignación tributaria (marcar la X en la casilla de la Iglesia en la declaración de la renta). En cuanto a los gastos, a actividades asistenciales y pastorales se dedicaron un total de 3,6 millones de euros. Se incluyen en este apartado la acción pastoral, la catequesis, la liturgia, la actuación social y caritativa, las aportaciones para las misiones o para Manos Unidas, Cáritas o el Seminario, así como las Cocinas Económicas. En la misma publicación, el arzobispo, monseñor Julián Barrio, indica que “vuestra generosidad es un regalo para la Iglesia diocesana, os lo agradezco mucho”.
La retribución del clero y del personal seglar alcanzó una cifra de 5,2 millones. Se dedicaron además 3,6 millones de euros a conservación de edificios y gastos de funcionamiento. La necesidad de financiación fue de 191.564 euros.
En “Nuestra Iglesia en Santiago de Compostela”, se recuerda, además, que hay 485 sacerdotes, 1.071 parroquias, 16 seminaristas, 1.500 catequistas, 616 religiosos, 5 diáconos permanentes, 13 monasterios y 97 misioneros. También se informa sobre la práctica sacramental: 3.575 bautizos, 5.208 primeras comuniones, 2.221 confirmaciones o 115 matrimonios. En el plano de la actividad caritativa y asistencial destacan, por ejemplo, las 2.661 personas atendidas en centros para mitigar la pobreza o las 1.185 atendidas en casas de ancianos, enfermos crónicos y personas con discapacidad.
El Día de la Iglesia Diocesana es una jornada dedicada no sólo a permitir la contribución económica de los fieles con sus aportaciones en las colectas, sino la reflexión sobre la implicación de todos en el servicio que presta la Iglesia a la sociedad. En la actualidad la Iglesia sólo recibe para cumplir su misión lo que los fieles y las personas que desean apoyar le hacen llegar, bien directamente, a través de colectas periódicas, como la del Día de la Iglesia Diocesana, o bien gracias a marcar la X en la Declaración de la Renta. El apoyo de cada uno de los fieles a su Iglesia Diocesana puede concretarse en cuatro pilares:
– Aportar y participar con las cualidades que cada uno tenga.
– Colaborar con su tiempo.
– Colaborar con su oración.
– Colaborar con su donativo.
En la misma publicación, el arzobispo compostelano, monseñor Julián Barrio, indica que “si ayudas, la Iglesia podrá hacer mucho. Vuestra generosidad es un regalo para la Iglesia diocesana. Os lo agradezco mucho. Estoy seguro de que colaboraréis en la medida de vuestras posibilidades”. Con esas aportaciones, señala el arzobispo, la Iglesia tendrá recursos para atender “a las familias con problemas económicos, a los inmigrantes que están en proceso de adaptación, a quienes se ven agobiados por el precio de un alquiler exagerado o por las políticas energéticas que generan una pobreza de la que es difícil salir”.