Hoja Dominical Semanal nº 3 / 22 de noviembre de 2020
Parroquia de San Antonio
Dos amigos se encontraban tomando un café y uno le comenta en tono de queja al otro:
En el automóvil, iba pensando en las palabras de su amigo.
Cuando llegó a la oficina, le dijo a su secretaria:
¿Tú crees que esto solo se refiere a los padres?
Desafortunadamente no. Siempre estamos devaluando el cariño o la amistad que otras personas nos ofrecen y en ocasiones los perdemos porque no sabíamos cuán importantes eran, hasta que ya no están a nuestro lado.
Con qué facilidad vemos la paja en el ojo ajeno y en cambio ¡qué tarde aprendemos a valorar sus virtudes! A veces, cuando ya no hay remedio.
Honremos a nuestros difuntos, pero el amor cuando más se goza es cuando se da y recibe en vida.
Aprende a amar a las personas como son. Reza para que sean mejores. Y de paso, esfuérzate tú también en hacerles la vida más alegre y hermosa a los demás. No esperes a que los demás te amen para empezar a amar tú. Haz como Dios: sé tú el primero (1 Jn 4:19).
Y, si en alguna ocasión te sorprendes con la lupa buscando defectos en los demás, haz el ejercicio de buscar también virtudes. Te sorprenderás al comprobar que, por cada defecto que hayas encontrado, esa persona tiene muchísimas virtudes que se te habían pasado por alto.
Regálale flores a tu madre en vida y mira sus ojos de agradecimiento. Si esperas demasiado, tendrás que llevárselas a la tumba, pero entonces no podrás ver los maravillosos ojos de amor que tiene una madre cuando se siente querida. Aprende a amar en vida ¡No esperes a que sea demasiado tarde!