Bendición de Ramos al inicio de todas las Misas.

La Procesión de Ramos conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, montado sobre un borrico, a cuyo encuentro salió una multitud con ramos de olivo.

De la alegría de la procesión, pasamos a la lectura de la Pasión de Jesucristo según san Mateo.

Estos dos momentos se actualizan en el altar de la Eucaristía, que es, al mismo tiempo, sacrificio y banquete festivo: la expresión más completa y perfecta del Siervo de Dios, vaticinado por Isaías, que muere en la cruz por amor al género humano.