El próximo 7 de octubre, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente se suma: impulsa y convoca la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, junto con la Organización Internacional del Trabajo, el movimiento sindical mundial y el movimiento mundial de trabajadores cristianos con el lema: “Un trabajo decente tiene que ser un trabajo saludable”. La seguridad y la salud en el trabajo son esenciales para el bienestar y la dignidad de las personas.

Por este motivo, el arzobispo de Santiago, mons. Francisco Prieto, ha escrito una carta recordando “que el derecho a un trabajo decente ha de ser también un trabajo saludable, pues la seguridad y la salud laboral son esenciales para el bienestar y la dignidad de las personas”. Y añade: “El mundo del trabajo es una prioridad humana y, por la tanto, una prioridad cristiana, pues al trabajar participamos en la obra creadora de Dios y expresamos la dignidad de ser creados a su imagen y semejanza. El trabajo es un deber y un derecho y también un don de Dios que precisa ser cuidado de modo integral para que sea libre, creativo, participativo y solidario”.

En la Archidiócesis de Santiago de Compostela, tendrán lugar los siguientes actos, el domingo 8 de octubre:

  • En Santiago de Compostela, en la parroquia de San Fernando, a las 20:00 eucaristía y lectura del manifiesto.
  • En A Coruña, a las 11:15 lectura del manifiesto en la parroquia de San Francisco Javier, y a las 11:30 eucaristía. También en la parroquia del Pilar, a las 12:30 eucaristía y al finalizar, lectura del manifiesto.

 

 

 

Carta Pastoral Jornada Trabajo Decente 2023

 

Queridos hermanos:

 

Cuando hablamos de trabajo no estamos ante una realidad más de las muchas que afectan a la persona, sino que, como dice el papa Francisco, “no sólo es un modo de ganarse el pan, sino también un cauce para el crecimiento personal, para establecer relaciones sanas, para expresarse a sí mismo, para compartir dones, para sentirse corresponsable en el perfeccionamiento del mundo, y en definitiva para vivir como pueblo” (FT 162).

 

El próximo 7 de octubre, la iniciativa Iglesia por el Trabajo Decente se suma, impulsa y convoca la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, junto con la Organización Internacional del Trabajo, el movimiento sindical mundial y el movimiento mundial de trabajadores cristianos. En esta expresión de sinodalidad social queremos recordar que el derecho a un trabajo decente ha de ser también un trabajo saludable, pues la seguridad y la salud laboral son esenciales para el bienestar y la dignidad de las personas. Cuando estamos expuestos a riesgos en el lugar de trabajo, nuestra salud y nuestra vida están en peligro.

 

La vida es un don de Dios que debemos cuidar en todos los ámbitos personales, familiares y sociales. Como creyentes en el Dios de la Vida no podemos admitir que centenares de personas mueran todos los años en sus puestos de trabajo, ni que su salud se vea afectada de forma física y psicológica. Por eso, todos los agentes e instituciones sociales debemos hacer un esfuerzo para que el objetivo sea lograr la cifra 0 de fallecidos y accidentados en el trabajo. Tenemos que generar entornos laborales seguros y saludables para todos los trabajadores.

 

El mundo del trabajo es una prioridad humana y, por la tanto, una prioridad cristiana, pues al trabajar participamos en la obra creadora de Dios y expresamos la dignidad de ser creados a su imagen y semejanza. El trabajo es un deber y un derecho y también un don de Dios que precisa ser cuidado de modo integral para que sea libre, creativo, participativo y solidario.

Que con el Eclesiastés pidamos a Dios que el único bien del hombre es disfrutar con lo que hace (Ecl 3,22).

 

+ Francisco José Prieto Fernández Arzobispo de Santiago de Compostela