La Fundación CARF acaba de presentar su Memoria 2023 en la que, a pesar de una situación político-económica inestable, ha podido cumplir con su reto: mantener casi seis millones de euros de ayudas a seminaristas y sacerdotes diocesanos, y religiosos y religiosas, para que reciban una formación integral en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma, y en las Facultades Eclesiásticas de la Universidad de Navarra, en Pamplona.

«Con una situación político-económica inestable, el esfuerzo de todos los benefactores y amigos de la Fundación CARF [unos 5.400] ha supuesto que nos quedemos muy cerca de tapar el agujero de casi dos millones de euros que se produjo en el año 2022. Ese año no acompañaron la obtención de recursos por legados y testamentos y por la gestión derivada de nuestro fondo de dotación. Gracias a Dios, este año 2023 ambos aspectos han sido mucho más positivos. Además, los donativos puntuales y las cuotas periódicas se comportaron en la línea del ejercicio anterior», afirma en su carta de presentación de la Memoria, el presidente de la Fundación CARF, Fernando Martí Scharfhausen.

Según resalta la Fundación CARF, durante el ejercicio 2023 han formado a estudiantes de 80 países de los cinco continentes. Desde el inicio de la Fundación CARF, el total de los países de procedencia asciende a 131. En total, hay 2.17 alumnos beneficiados de estas ayudas, de los que 700 estudian en Pamplona y 1.471, en Roma.

La Fundación CARF no depende de subvenciones públicas y destaca que cerca de unos 5.400 benefactores garantizan cada año la independencia y continuidad del proyecto para que puedan seguir ayudando a seminaristas con menos recursos a estudiar para ser sacerdotes.

Además, destacan que algunos antiguos alumnos han sido ordenados obispos: Juan Manuel Cuá Ajucum, obispo de Quiché, Guatemala; Teodoro León Muñoz, obispo auxiliar de Sevilla, España; Francisco José Prieto, arzobispo metropolitano de Santiago de Compostela, España; y Raimo (Ramón) Goyarrola, obispo de Helsinki, Finlandia.

¿De dónde sale el dinero?

Una parte proviene de donaciones periódicas: se captaron 1.325.013 € mediante colaboraciones mensuales, trimestrales o semestrales. Por otro lado, de donaciones puntuales: se obtuvieron 3.273.921 €, la partida económica mayor, gracias a campañas dirigidas a personas, instituciones y empresas.

De Testamentos y Legados: se lograron 2.915.460 €, gracias a que muchas personas legan, todos o una parte de sus bienes, a la Fundación CARF. Del fondo de dotación, o endowment, aportó para ayudas al estudio la cantidad de 553.971 € lo que supone un 10 % del total de las ayudas concedidas.

No obstante, la misión principal de la Fundación CARF es rezar por los sacerdotes y por las vocaciones; en segundo lugar, difundir el buen nombre del sacerdote en todo el mundo; y, como apoyo fundamental a su labor, ayudarles en su formación integral.

¿Qué es la Fundación CARF?

La Fundación CARF, ligada al Opus Dei, nació el 14 de febrero de 1989 por inspiración de san Juan Pablo II e impulso del beato Álvaro del Portillo con tres fines: rezar por las vocaciones sacerdotales, promover el buen nombre de los sacerdotes por todo el mundo y ayudar a la formación de seminaristas y sacerdotes diocesanos, religiosos y religiosas para servir mejor a la Iglesia en todo el mundo.

En la actualidad, gracias al apoyo de sus benefactores y amigos, la Fundación CARF ha financiado ayudas al estudio a casi 40.000 alumnos de 131 países con escasos recursos económicos para que mejoren su formación intelectual, humana y espiritual en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, en Roma, y en las Facultades de Estudios Eclesiásticos de la Universidad de Navarra, en Pamplona. Entre ellos, ya hay 134 estudiantes que han sido ordenados obispos y tres de ellos creados cardenales.