El sábado 10 de agosto, día en el que la Iglesia celebra a San Lorenzo de Roma -mártir, patrono de los diáconos y uno de los más antiguos martirios que están documentados-, la Iglesia de San Francisco (Betanzos) acogió la Eucaristía de ordenación de un nuevo diácono permanente al servicio de la Iglesia que peregrina en Santiago de Compostela. Se trata de José Ramón Amor Pan, que fue ordenado mediante la imposición de manos y la oración consecratoria del pastor diocesano, mons. Francisco José Prieto Fernández. La ceremonia comenzó a las 12:00 horas y, en ella, José Ramón Amor Pan selló un compromiso que le unirá para siempre a la vida litúrgica, pastoral y caritativa de la Diócesis de Santiago.

El término diácono etimológicamente proviene de la palabra griega “διακονία”, “diaconía”, que significa servicio. Es decir, que el diácono, una vez que es ordenado, su principal labor es estar al servicio de la Iglesia, en concreto al servicio de los otros dos grados del sacramento del orden sacerdotal: el orden episcopal (los Obispos) y el orden del presbiterado (los sacerdotes o presbíteros). En este sentido, el diácono permanente es un hombre comprometido con la comunidad y con la Santa Iglesia Católica, misericordioso y respetuoso, pudiendo estar casado o soltero.

El arzobispo de Santiago, acompañado de un nutrido número de sacerdotes y diáconos, recordó en su homilía que el ministerio que se le encomendaba era ante todo una misión de servicio: “servís como Cristo sirvió y servís a Cristo en los hermanos”.

Mons. Prieto destacó que el servicio pide gastarse y desgastarse, en el sentido de que no es una mera solidaridad, sino que es el servicio una entrega de uno mismo, y de ahí brotarán compromisos, proyectos, acciones o gestos: “servimos cuando nos damos (…), servimos cuando nos entregamos en lo que hacemos (…), y el servicio lo hacemos en nombre de Jesús”.

El arzobispo afirmó que “la diaconía es nota esencial en la vida del cristiano y hoy será para ti sacramento, ministerio, entrega, tu vida totalizada por ese servicio”. Y añadió que la diaconía es “convocatoria de todos y cada uno de nosotros por el Señor, que nos llama como discípulos a servir como Él sirvió”.

  1. Francisco también destacó que “servimos como Cristo y servimos a Cristo en los hermanos”, por lo que para llevar esto a cabo, es necesario nutrirse en la Mesa del Altar. Pidió a José Ramón servir con gozo, con alegría, desde el gesto, desde la presencia gozosa

José Ramón Amor Pan es también el delegado para el Desarrollo Humano e Integral. Afirma que “ser cristiano es, ante todo, ser consciente de que, como bautizados, hemos sido convertidos en sacerdotes, profetas y reyes, y que nuestra vida tiene que resplandecer en medio del mundo como luz y tiene que ser esa sal y esa levadura para que nos convoca el Señor”.

El nuevo diácono permanente valora como líneas fundamentales de su servicio la atención a los enfermos, a las personas con discapacidad, a las personas migrantes, toda la cuestión de la ecología integral y, por supuesto, todo lo que tiene que ver con la enseñanza de la doctrina social de la iglesia.

José Ramón Amor Pan destaca la palabra virtud y dentro de ella, sobre todo, la palabra fraternidad: “Nuestras parroquias, los colegios católicos, las residencias de ancianos católicas, cualquiera de nuestras instituciones tiene que fortalecer el sentido comunitario de la vida humana”.

Con esta ordenación, ya son nueve los diáconos permanentes de la Archidiócesis de Santiago de Compostela.