Hoja Dominical Semanal nº 3 / 22 de noviembre de 2020
Parroquia de San Antonio
Este domingo celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor. Jesús sube al cielo, pero no se despide, sino que inaugura una nueva presencia: la del Resucitado que camina con nosotros. La Ascensión es una promesa: Jesús asciende al cielo para prepararnos un lugar y, al mismo tiempo, para enviarnos al corazón del mundo con una tarea apasionante: ser su presencia viva allí donde estemos. Como dice el Evangelio: “Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación” (Mc 16, 15). Así, la Ascensión no clausura nada: abre el tiempo de la Iglesia, el tiempo de la misión.
Su elevación no es distancia, sino cercanía más profunda. Él se queda en la Gloria del Padre, en la Eucaristía y en el rostro de cada hermano. Desde el cielo, Jesús nos anima: “Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28,20).
Con esta certeza que nos lanza a la vida con esperanza, comenzaremos el próximo miércoles 4 de junio la Novena en honor a nuestro patrón, San Antonio de Padua, cuya fiesta celebraremos el viernes 13 de junio. Durante estos días de oración y encuentro, queremos redescubrir el testimonio de este gran santo: predicador incansable, defensor de los pobres, buscador de la Verdad y servidor fiel de la Iglesia. En su corazón latía la pasión por Cristo y por los más pequeños. Por eso, el pueblo cristiano lo invoca como intercesor en las causas difíciles y como guía en la búsqueda de lo perdido, tanto material como espiritual. San León XIII escribió con acierto: “En San Antonio brilla una santidad universal: en su caridad ardiente, en su amor a la verdad, en su cercanía al pueblo”.
Celebrar su novena es dejarnos contagiar por su fe ardiente, por su humildad fecunda y por su amor sin medida a la Palabra de Dios.
Cristo ha subido al cielo, pero sus huellas siguen marcando nuestro suelo. Que San Antonio nos ayude a seguirlas con humildad y valentía.
(T. Armental)