Ante esta grave situación, provocada por la pandemia que estamos sufriendo, es necesario que nuestra tendencia al Yo se vea superada por una conducta solidaria frente al Otro. “La propagación pandémica de un virus debe producir un «contagio» pandémico de la caridad” (cardenal Tagle).

Nuestra institución, apoyándose en el informe FOESSA, había alertado de los efectos sociales que esta emergencia, creada por el coronavirus, iba a producir en las familias en situación de pobreza y exclusión (18,4% de la población española).

Cientos de familias nos están demandando apoyo urgente, se están incrementando los casos debido a la crisis de empleo y la falta de ingresos. En estos momentos se han multiplicado por 3 el número de atenciones; y esto es sólo el preludio.

Llegamos a Dios a través del prójimo: “Si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano, es un mentiroso. El que no ama a su hermano, al que ve, no puede amar a Dios, al que no ve.” (1 Jn, 4, 20). Por ello, los voluntarios de Cáritas se vuelcan en la ayuda al prójimo por amor y convicción y porque saben que el individuo no es nadie sin los demás. Se sienten comprometidos con estas personas, con estas familias en condición de vulnerabilidad. Se sienten responsables de su bienestar.

Para aliviar las necesidades de tantas familias: NECESITAMOS  VUESTRA  APORTACIÓN  ECONÓMICA.