Este año la cifra del terror se ha adelantado. Normalmente era en torno a los Santos Inocentes, ¿un detalle o un remordimiento de conciencia?

El gobierno ha hecho públicos los datos del año de la pandemia. En 2020 debieron nacer en España 427.475 bebés; solo llegaron a reír y llorar 339.206, los 88.269 concebidos fueron abortados.

O lo que es lo mismo, el 20,6%% de los niños concebidos es abortado, o lo que es lo mismo, más de 1 de cada cinco niños no nace por voluntad de su madre y de una sociedad que lo consiente. Un punto menos que en 2019.

Datos dolorosos en un año de pandemia, con el menor número de nacimientos. El porcentaje de abortos totales ha bajado respecto al año pasado casi un 11% (10,97%) y también «ha mejorado» la denominada tasa de abortos por cada 1.000 mujeres en época fértil del máximo histórico de 2019, que fue un 11,53 a un 10,30. Desconozco si todavía se puede decir mujeres en época fértil o ya en el próximo estudio nos obligarán a decir «personas que menstrúan».

El 91% de los abortos fue a petición de la madre (80.209), que no dejaron de ser madres por haberse deshecho de su hijo. Un 5,7% por grave riesgo para la vida y salud de la madre (5.055), un 3% por anomalías en el feto y un 0,3% por «incompatibilidad» con la vida. Como constataba la Declaración de Dublín: el aborto directo no es médicamente necesario para salvar la vida de una mujer.

Dada la situación de aceptación del aborto en España, una ley a la polaca, ¿cuántas vidas salvaría?

Es comprensible, desde su punto de vista, la radical campaña contra los rescatadores y los que rezan en frente a los abortorios. Con estos datos se cae el «argumento» de que es un problema médico. No es una decisión. Y lógicamente hay que impedir que se ayude a tomar la correcta: que nazca su hijo.

Esa campaña, aumentada con la persecución a la objeción de conciencia, está apoyada en un dato más: en cuatro comunidades los médicos de la sanidad pública ejercen de médicos y no ha habido ningún aborto (Comunidad de Madrid, Murcia, Castilla-La Mancha y Extremadura); han sido todos en negocios dedicados al tema, donde más actividad despliegan iniciativas como «40 días por la vida».

Por semanas de gestación el 71,8% antes de las 8 semanas y el 22,8% antes de la 14ª. ¿Esperanzas? Sí. Muchas. Por un lado, porque, aunque es un tema de ciencia, no de conciencia, quedan rescoldos en la sociedad. Ayer se asombraban en La Vanguardia: «Los números no cuadran en este asunto. Solo el 19,9% de los españoles se considera católico practicante, según el CIS. Sin embargo, en al menos diez provincias, el 100% de los ginecólogos de la pública objetan»

Y por otro, por el propio papanatismo patrio: la solución vendrá de fuera. No confío mucho en la clase política española, pero sí en el mimetismo que hay con «nuestro entorno». Y las noticias que hay en Estados Unidos, e incluso China, son muy animantes. Queda un tramo largo, pero es mejor que el de hace unos años.