En un acto de fundamentalismo árabe, un musulmán mató a su esposa porque la encontró leyendo la Biblia. Entonces decidió enterrarla en la cripta familiar como es la costumbre árabe musulmana. Junto a la esposa difunta, también enterró a su descendencia: un bebé recién nacido y una niña de 8 años, estos últimos vivos.

El musulmán dijo a la policía local que un ladrón asesinó a su familia y él los sepultó en la cripta familiar.

Quince días después de lo sucedido, un tío pariente del musulmán falleció por causas naturales y la familia procedió a enterrarlo en una cripta junto a la cripta del musulmán. Cuando abrieron la cripta familiar del musulmán para poner el otro cuerpo, descubrieron que la niña y el bebé estaban todavía vivos.

Todo el país quedó consternado, maldiciendo al musulmán que enterró a sus hijos vivos. Sometido a la justicia musulmana, el hombre fue ejecutado.

La policía preguntó a la niña:

— ¿Cómo has podido sobrevivir 15 días enterrada y con un bebé?

Ella respondió muy naturalmente:

—Un hombre que usaba ropas brillantes y tenía heridas en las manos venía todos los días para alimentarme y siempre despertaba a mi mamá para que le diera el pecho a mi hermanita.

Cuando la niña fue entrevistada por una conocida periodista de un canal de TV nacional, dijo lo siguiente:

—Fue Jesús quien vino a cuidarnos. Ahora sé que Él hace cosas así. Las heridas que él tenía en las manos son una prueba que fue Él.

Quedó claro para todo el país que esa niña no podía inventar esa historia y que de verdad vivieron un milagro. Los líderes musulmanes tendrán un trabajo muy complejo para explicar esta historia, que fue comprobada por expertos sin encontrar una explicación humana posible.

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A lo largo de la historia han ocurrido casos similares que no han podido encontrar explicación humana posible. Serán milagros o no, pero lo que sí se ve es que son actos maravillosos que muestran el amor de Dios y su misericordia.