Carta Pastoral de don Julián Barrio en el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos 2020
“Nos trataron con una solicitud poco común” (Hech 28,2)
Queridos diocesanos:
Siempre hemos de rezar por la unidad de los cristianos. Esta es la invitación que nos hace la Iglesia al celebrar el Octavario de Oración que se celebra desde el 18 al 25 de Enero. Este año han sido los cristianos de Malta y de Gozo quienes han preparado los materiales para las celebraciones de estas jornadas. Allí tiene lugar la fiesta del Naufragio de San Pablo que providencialmente posibilitó la llegada de la fe cristiana a esas islas.
Providencia de Dios y solicitud humana
En los Hechos de los Apóstoles, después del naufragio que padecieron Pablo y otros prisioneros en el viaje hacia Roma, se nos narra que “una vez a salvo, supimos que la isla se llamaba Malta. Los naturales nos mostraron una hospitalidad poco común, pues encendiendo una hoguera a causa de la lluvia que caía y del frío, nos acogieron a todos nosotros” (Hech 28,1-2). Este es el pasaje bíblico que se pone a nuestra consideración, subrayando dos aspectos que son substanciales y significativos en el dinamismo de la peregrinación ecuménica. Por un lado la providencia de Dios tan presente en la historia de la Iglesia y consiguientemente en el discurrir temporal de la misma. Por otro la hospitalidad con que hemos de recorrer ese camino juntos para llegar a la unidad de todos los cristianos.
En nuestra diócesis estamos preparando ya la celebración del Año Santo Compostelano 2021. En la acogida de los muchos peregrinos que llegan a Santiago percibimos que algunos son de otras religiones, o que siendo cristianos no son católicos. El lema de este Octavario nos recuerda que hemos de acogerlos con toda solicitud, ofreciéndoles nuestra hospitalidad material y espiritual.
Animar una cultura de encuentro
No pocas veces lamentamos nuestros incumplimientos en relación a ese proceso de hacer realidad la unidad de los cristianos. Hemos de avivar la esperanza, sabiendo que llegará el momento en que nos reuniremos como hermanos reconciliados a los que Dios Padre sale al encuentro. Esta inquietud nos ha de mantener perseverantes en la oración por la Unidad, atentos a las llamadas del Señor y convencidos de su providencia misericordiosa: “Guiaste con misericordia a tu pueblo rescatado; los llevaste con tu poder hasta tu santa morada” (Ex 15,13).
Uno de los referentes más repetidos en el camino ecuménico es la oración de Jesús en la última Cena: “No sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros para que el mundo crea que tú me has enviado” (Jn 17,20-21). Con estos sentimientos oramos dando gracias por los dones recibidos en favor de la Unidad de los cristianos, pero también pidiendo avanzar en ese ecumenismo espiritual que, uniéndonos en la oración con aquellos de quienes estamos distantes, nos hace caminar por vías distintas pero hacia un Oriente común que es Cristo resucitado. Esta esperanza nos guía en nuestro peregrinar sosegado unas veces e impaciente otras en el compromiso ecuménico.
Exhortación
Sigamos dando pasos con un espíritu misionero en el caminar de la fe de nuestras comunidades e iglesias. Hagámoslo con la conciencia de que peregrinamos en un camino que viene de Dios, y a Dios lleva, acompañados por Cristo, a quien, como peregrino a nuestro lado, encontramos como los discípulos de Emaús, resucitado de entre los muertos. A Él, el Cordero que nos llama a reconciliarnos, nos dirigimos dejando atrás miedos y derrotismos y sentándonos juntos a compartir la cena cuando la tarde de nuestras dudas, miedos e inquietudes está cayendo.
En la fiesta del Bautismo del Señor, os saluda con afecto y bendice en el Señor,
+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.