“Gloria a Dios en el cielo,

y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.”

Lc 2, 14

Aquel que abraza al universo

necesita que lo sostengan en brazos.

El, que ha hecho el sol,

necesita ser arropado.

La ternura en persona necesita ser mimada.

El amor infinito tiene un corazón minúsculo,

que emite ligeros latidos.

La Palabra eterna es infante,

es decir, incapaz de hablar.

El Pan de vida debe ser alimentado.

El creador del mundo no tiene hogar.

Hoy todo se invierte:

Dios viene al mundo pequeño.

Su grandeza se ofrece en la pequeñez.

 

Homilía del Santo Padre Francisco

en la Misa de Nochebuena (2021)

 

¡FELIZ NAVIDAD Y QUE DIOS OS BENDIGA!